Redacción: Cesar Mairena - Molotov Digital.
El hecho de haber nacido dentro del territorio de un país (derecho de suelo o ius soli), no te garantiza que tendrás la nacionalidad de ese país de por vida. Los actos de un ciudadano, en contra de su patria, y en perjuicio de sus compatriotas, es una causa más que justificada, para quitarle la nacionalidad a un individuo. En el presente artículo, abordaremos actos llenos de patriotismo y de amor, de personas que a pesar de nacer en otro país, defendieron y defienden Nicaragua, mejor que muchos, que nacieron aquí.
La historia, es cíclica, por eso hay que estudiarla y conocerla, porque se repite a lo largo de los años, por tal razón, el Presidente Ortega, en cada una de sus comparecencias públicas, hace referencia a hechos históricos, documentados y verificables, a pesar de la campaña sucia de los medios opositores, que quieren desinformar, manipular y tergiversar los hechos objetivos históricos.
A nuestro rescate, acude una vez más, el más grande héroe nacional, Augusto C. Sandino quien despreciaba a los malos nicaragüenses, en el documento titulado “Acuerdo Sobre los Traidores a la Patria”, firmado de puño y letra por el General, el 14 de Noviembre de 1927. El jefe del Ejército Defensor de la Soberanía Nacional (EDSN), se refirió a los traidores, en los siguientes términos:
“Son traidores a la Patria
1. Todo nicaragüense que con miras políticas trafique con la honra de la Nación solicitando apoyo oficial de los invasores de la Patria, así como del gobierno de la Casa Blanca, y el que saliere del país como delegado o representante del gobierno del traidor Adolfo Díaz.
2. El que haya celebrado pactos secretos con el enemigo, ya sea como jefe militar o civil.
3. El que prestare ayuda a los invasores y traidores para asesinar a los patriotas nicaragüenses que están defendiendo la soberanía de la patria.
4. El que suministrare informes oficiales, ya sea verbal o por escrito, declarando en contra de los nacionales.
5. El que solicitare protección de los invasores con el pretexto de defender sus intereses, ya sea nacional o extranjero, le será aplicada la misma pena que la Constitución Política señala a los traidores a la Patria”.
Tomando en cuenta estos cinco puntos certeros, donde el General Sandino, nos definió claramente que es una Traidor a la Patria, nos vemos obligados a hacer algunas preguntas:
ü ¿No fue el comportamiento de un Traidor a la Patria el de Miguel Mora en el 2018, con los ojos brillantes, lleno de alegría, dando una declaración en 100% Noticias, de la televisión nacional, masificando una “fake news” angustiando y provocando zozobra en el público, diciendo que ya venía un portaaviones norteamericano para capturar y apartar de su cargo al Presidente Constitucional de Nicaragua, José Daniel Ortega Saavedra?.
ü Más recientemente, en este año, ¿no caen en la categoría de Traidores de la Patria las declaraciones de los opositores Medardo Mairena, Juan Sebastián Chamorro y Félix Maradiaga, pidiendo muy orgullosamente, más sanciones económicas, bancarias, bursátiles, financieras y comerciales, afectaciones diplomáticas y medidas coercitivas de cualquier índole, ante el Congreso de EEUU y el Parlamento Europeo en contra del gobierno legítimo, auto determinado, independiente y soberano de Nicaragua?.
En el quinto punto, de la enumeración del Decreto sobre los Traidores, firmado por el General Sandino, se expresa, cito literalmente: “El que solicitare protección de los invasores con el pretexto de defender sus intereses, ya sea nacional o extranjero, le será aplicada la misma pena que la Constitución Política señala a los traidores a la Patria”.
¿Saben que cuál era la pena que establecía la Constitución Política de Nicaragua de 1912, vigente en 1927, para el que cometiera “Alta Traición” … la muerte señores. Refiero literalmente el artículo 24 de aquella Carta Magna:
“Artículo 24.– La pena de muerte se aplicará únicamente por el delito de alta traición cometido en guerra exterior, hallándose el enemigo al frente, y por los delitos atroces de asesinato, parricidio é incendio ó robo siguiéndose muerte y con circunstancias graves, calificadas por la ley”.
Que agradezcan, esos miserables, arrastrados, lame botas imperiales y colonialistas, traidores a nuestra Sagrada, y repito Sagrada Nicaragua, que el actual presidente de la República, no aplicó literalmente la pena que imponía el General Sandino para aquellos días a los Traidores a la Patria, y simplemente los desterró y les quitó la nacionalidad.
Jesús “El Cristo”, en su infinita sabiduría y amor, nos regaló una frase indiscutible: “Por sus actos los conoceréis”.
¿Se merecen los 222 ex “presos políticos” a como les denomina la oposición, seguir con la nacionalidad nicaragüense si en el 2018 promovieron, financiaron y facilitaron caos, destrucción, vandalismo, terror, zozobra, torturas, odio, desempleo, debilitamiento de la economía y muerte para toda la sociedad nicaragüense?
¿Se merecen la nacionalidad nicaragüense Félix Maradiaga, Medardo Mairena, Juan Sebastián Chamorro y el resto de delincuentes terroristas, que se encuentran desterrados y exiliados en el extranjero, que piden, gestionan, ruegan y colaboran para que se den sanciones económicas, bursátiles y diplomáticas contra el país que dicen tanto amar?.
¿Merecen la nacionalidad nicaragüense, los que manejan los medios de comunicación que masifican el cierre de la Feria Expica, pero se burlan del éxito que fue la Feria Ganadera recientemente celebrada en el país?.
¿Merece la nacionalidad nicaragüense, aquel que se burla de los esfuerzos del actual gobierno nicaragüense por abrir nuevos mercados como China y quieren mantener nuestra dependencia comercial con EEUU?.
¿Merecen la nacionalidad nicaragüense, quienes se burlan de los emprendimientos de nuestros pequeños, medianos y grandes comerciantes, pero alaban las instalaciones de grandes comercios transnacionales?
¿Merece la nacionalidad nicaragüense, aquel que aplaude que inversión extranjera en nuestro país, no opere al 100% de su capacidad, producto de sanciones que la oposición ha promovido internacionalmente?
El pueblo de Nicaragua, trabajador, valiente, alegre, fuerte, sincero, orgulloso, digno, pero sobre todo patriota y nacionalista, les responde: NO.
Cualquier persona orgullosamente nicaragüense, patriota, nacionalista se llena de asco, de furia, de incredulidad y de sorpresa ante tanto descaro, al leer esta nota publicada el 14-08-2023, por el remedo de medio de comunicación, 100% Noticias:
Una de las más hermosas virtudes del nicaragüense, es que somos sumamente agradecidos, jamás, pero jamás olvidamos un gran favor, un gran detalle, un sacrificio hecho por un tercero que no tiene obligación alguna para con nosotros, jamás.
Leí ese titular vulgar, corriente, ordinario, lleno de odio y de ingratitud y se me vinieron a la mente otras tres personas, que además de nuestro ya compatriota Ben Norton (habiendo nacido en territorio de EEUU y no en el de Nicaragua), han hecho tanto por este bello país de lagos y volcanes: En primer lugar la leyenda viviente Brian Wilson. En segundo lugar el canciller valiente y verdadero sacerdote católico, que defendió a Nicaragua, en plena guerra de los años 80`s del siglo 20, Miguel d’Escoto Brockmann y en tercer lugar, el bautizado por el Presidente Hugo Chávez Frías, “el gringo bueno” Paul Oquist Kelley. Lamentablemente, estos dos últimos ya fallecidos.
Brian Wilson. Abogado de profesión, veterano de la guerra de Vietnam, perdió sus dos piernas, al ser atropellado y aplastado por un tren que transportaba municiones y armas que el gobierno de EEUU enviaría al grupo mercenario y terrorista conocido en los años 80`s como “La Contra”. Brian se acostó en los rieles del tren (como parte de una protesta cívica y pacífica), para impedir que el tren llegara a una base militar y su carga luego fuera transportada en avión, a Honduras, para la agrupación armada anti sandinista. El maquinista del tren jamás activó los frenos (sus superiores le habían advertido que Wilson y sus compañeros protestantes eran terroristas peligrosos) y destrozó el cuerpo de ese valiente, que defendió a un país que solo quería que lo dejaran vivir en paz.
Miguel d’Escoto Brockmann. Sacerdote católico de vocación y diplomático de profesión, en pocas palabras el artífice, del triunfo nicaragüense, en la humillante sentencia para el imperio norteamericano, en que la Corte Internacional de Justicia, en 1986, condenara a EEUU, a pagar miles de millones de dólares por financiar, auspiciar y organizar al escuadrón de la muerte, paramilitar, mercenario, terrorista y saboteador conocido como “La Contra”, organización que destruyó y vandalizó puertos, puentes, colegios, centros de salud e infraestructura vital para Nicaragua y sus ciudadanos, en violación del derecho internacional. Desde esa sentencia EEUU no reconoce la jurisdicción de la CIJ y no ha pagado al Estado nicaragüense, el monto, que en concepto de indemnización, al que fue condenado.
Paul Oquist Kelley, sociólogo de profesión renunció a su nacionalidad norteamericana, por vergüenza del imperialismo norteamericano, se sentía orgulloso de haber sido sancionado por el gobierno de EEUU, por ser parte del gobierno nicaragüense, el señor Oquist asumió valientemente la nacionalidad nicaragüense, acorde con lo que predicaba. Antes de fallecer, fungió como un ejemplar defensor del gobierno nicaragüense en foros internacionales, además de desempeñarse como ministro y secretario privado para Políticas Nacionales de la Presidencia.
Por último, pero no menos importante, sobre el paisano Ben Norton, diré simple y llanamente: Uno de los principales colaboradores mediáticos en el extranjero (periodista investigador), para desenmascarar valientemente (a pesar de la censura en EEUU) el intento de golpe de estado de Abril 2018, financiado, auspiciado y promovido por el gobierno de EEUU a través de USAID y otras agencias, en contra del gobierno constitucional de la república de Nicaragua.
Así que sigan atacando (hienas mediáticas opositoras), a estos hombres ejemplares, que nacieron en el suelo, en el territorio y dentro de las fronteras de los EEUU, pero con almas, generosidad, corazones, buena voluntad, valentía y sobre todo, acciones propias, únicamente de patriotas que verdaderamente aman Nicaragua. Estos cuatro hombres, siempre serán amados, queridos, valorados, respetados y apreciados por lo que son, con sus actos congruentes: Buenos Hijos de Nicaragua. Ellos aman verdaderamente a este país y se merecen la nacionalidad nicaragüense, con actos humanistas, generosos, sinceros y desprendidos y no con retórica politiquera y mediática, sin falsos nacionalismos, para fines mezquinos y mitómanos como los de la oposición nicaragüense.
Estos cuatros hombres, estos “gringos caitudos”, nos han demostrado a los sandinistas y nacionalistas, con sus actos, lo que es amar verdaderamente a Nicaragua y que donde nacimos es un chiste del destino, pero el compromiso, los valores y los principios que compartimos como miembros de la humanidad, de este planeta, son cosa muy seria y valiosa, lo que los vándalos y criminales de los golpistas de abril 2018, jamás entenderán por ser egoístas, y serviles imperialistas y colonialistas.
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