“Vamos a rendir Homenaje a los Comandantes Fidel, Llama Sagrada de los Pueblos Revolucionarios del Mundo, y Tomás, nuestro Orgullo, celebrando sus Vidas Portentosas, en todo nuestro Bendecido Territorio”.
Cra. Rosario Murillo, 12 de agosto de 2024
La historia de la Revolución Cubana, es también la historia de vida del comandante Fidel Alejandro Castro Ruz. Nació el 13 de agosto de 1926, en Birán, Mayarí, provincia de Holguín, aunque nació en el seno de una familia acomodada, asumió desde su juventud el liderazgo del movimiento revolucionario para derrocar la dictadura de Fulgencio Batista, y hacer de Cuba, el verde caimán al que cantó el poeta nacional cubano, Nicolás Guillén, una patria liberada de las garras de las mafias estadounidenses y las oligarquías nacionales, que mantenían a la población, sobre todo en el campo, en condiciones de pobreza, analfabetismo, condiciones de salud deplorables, sin oportunidades.
“Fidel, Fidel, qué tiene Fidel que los imperialistas no pueden con él”
Fidel, como se le llama en Cuba y Latinoamérica entera, lideró el 26 de julio de 1953, el asalto al Cuartel Moncada en Santiago de Cuba, junto a Frank País, Abel Santamaría y 132 jóvenes rebeldes más. Reprimido el asalto 23 de los combatientes fueron condenados a prisión, entre ellos: Fidel y Raúl Castro, Juan Almeida, Ramiro Valdés, que fueron recluidos en el Presidio Modelo de la Isla de Pinos, hoy llamada Isla de la Juventud. En mayo de 1955 fueron amnistiados y Fidel se dedicó, junto a un grupo de militantes, a organizar en México el Movimiento 26 de Julio (M-26-J) para desembarcar posteriormente en Cuba e iniciar un movimiento armado. Es en México que conoció al médico argentino Ernesto Guevara de la Serna, que había llegado de Guatemala después de ser testigo del alevoso golpe de estado que la CIA orquestó contra el gobierno democrático de Jacobo Árbenz Guzmán, y lo invitó a sumarse a la expedición revolucionaria cubana.
El 25 de noviembre de 1956 el yate Granma se hizo a la mar con 82 combatientes, un viaje azaroso con dificultades mecánicas, con sobrecarga. Al amanecer del domingo 2 de diciembre, aproximadamente a las 6 y 30 de la mañana empezó el desembarco del barco que había encallado en una zona fangosa. En medio de bombardeos aéreos y acoso de los soldados batistianos, los sobrevivientes al mando de Fidel y Raúl, alcanzaron la Sierra Maestra donde se libró la guerra revolucionaria hasta el triunfo del 1 de enero de 1959.
Con el liderazgo de Fidel, la heroica Cuba es un ejemplo de resistencia al bloqueo criminal impuesto el 7 de febrero de 1962, por el presidente demócrata John F Kennedy, y que se mantiene vigente al día de hoy. Fidel, el estadista, orador de fuego, escritor, venció más de 836 complots para privarlo de la vida, siguió viviendo, luchando y venciendo, conduciendo la Revolución Cubana, que es faro de los movimientos revolucionarios latinoamericanos. Fidel, partió a la eternidad el 25 de noviembre de 2016. El mismo día en que zarpó la expedición del Granma, Fidel, se fue a navegar en otros mundos dejando una estela de revolución que marca el camino de todos aquellos que vislumbran un mundo mejor para la humanidad y que luchan por hacerlo realidad.
Tomás, revolucionario, orador y poeta inclaudicable
Un 13 de agosto de 1930, el mismo día que Fidel, nació Tomás, en el Departamento de Matagalpa; hijo de Tomás Borge Delgado, lugarteniente del General Augusto Nicolás Calderón Sandino, el general de Hombres y Mujeres Libres, y de doña Anita Martínez.
Vino al mundo sin más opción que la lucha, lleno de octubres rojos el corazón. Amigo desde la niñez del comandante de la Revolución Popular Sandinista, Carlos Fonseca Amador, recorrieron juntos el camino de rebeldía ante la dictadura somocista. Tomás, fue un destacado líder juvenil y escritor de periódicos estudiantiles. Fundador del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) en 1961, junto al Coronel Santos López, Carlos Fonseca Amador, Silvio Mayorga, Faustino Ruiz, José Benito Escobar, Germán Pomares Ordoñez, Rigoberto Cruz (Pablo Úbeda) Jorge Navarro y Francisco Buitrago.
Tomás, es parte vital de la historia revolucionaria sandinista, participando en todas las gestas desde el campo, en los focos guerrilleros que sembraban conciencia y preparaban la insurrección; en las ciudades preparando militar e ideológicamente a los cuadros del FSLN. Con una fe inquebrantable en el triunfo, que siempre veía venir, como en su poema intitulado Futuro, que dedicó al comandante Daniel Ortega Saavedra, en el que escribió: “El futuro viene hermano se acerca despacio, pero viene”. El futuro llegó el 19 de Julio de 1979, con el triunfo de la Revolución Popular Sandinista, cuando empezó a construirse una nueva Nicaragua.
Tomás, el Ministro del Interior, defensor de la alegría del pueblo al que amó con pasión; Tomás, el orador que estremecía las plazas de Nicaragua con sus torrentes de palabras, el que decía tener como oficio el de escritor, el poeta de la poesía clandestina, el de la paciente impaciencia. Inolvidable comandante, al que ni los años de prisión ni la tortura pudieron doblegar, el que siempre pidió que ningún sandinista se arrodille frente al imperio, por nada del mundo.
Fidel y Tomás: comandantes de la Revolución, oradores, escritores, estadistas. Dos granos de maíz de la mazorca revolucionaria latinoamericana
El apóstol de la independencia cubana, José Julián Martí Pérez, enseñó que los verdaderos revolucionarios no buscan honores, ni riquezas, ni reconocimientos, porque “toda la gloria del mundo cabe en un grano de maíz”, actitud que marcó a Fidel y Tomás, intachables, uno comandante de la Revolución Cubana y el otro comandante de la Revolución Sandinista.
Dos gigantes que se encontraron los días 18, 19 y 20 de abril para una entrevista que Fidel había concedido a Tomás, devenido en entrevistador. Conversaron más de diez horas sobre los temas acuciantes para Latinoamérica y el mundo, adelantando los cambios anti hegemónicos y civilizatorios que hoy tienen lugar. Un libro que trasciende su tiempo y nos ayuda a comprender la coyuntura actual. Este libro se intitula “Un grano de maíz”, como evocación de Martí, y como recordatorio de la ética revolucionaria. Fidel y Tomás, nacieron en la misma fecha, en años distintos, con la estrella de la revolución en la frente.
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